Tipos de heridas
Abiertas:
Con separación de la piel. Debemos comprobar la distancia
que hay de un borde a otro de la herida, y la profundidad. Si no es muy
abierta, no será necesaria una sutura.
Cerradas:
No se observa separación de la piel, pero generalmente hay
hematoma. Suelen estar producidas por golpes, y requieren una atención rápida
para descartar el compromiso de algún órgano o de la circulación.

Simples:
Alcanzan solamente a la piel sin afectar ninguna función del
organismo. La persona solo manifiesta dolor local, no se queja de dolor en
órganos internos.

Complicadas:
Son extensas y profundas, con hemorragia abundante, y
generalmente conllevan lesiones de músculos, nervios, vasos u órganos internos.
Son muy llamativas y se reconocen fácilmente.

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